Polizón, un ratonero que fue atropellado y viajó varios kilómetros en el radiador de un coche hasta que el conductor paró a repostar y lo vio.
En España, los atropellos son una de las principales causas de muerte de fauna salvaje: se calcula que cada año mueren millones de animales en nuestras carreteras. Para muchas rapaces, cruzar una vía rápida es una ruleta rusa diaria.
Por eso esta liberación es más que un final feliz: es un recordatorio. Si bajamos la velocidad, si prestamos atención, salvamos vidas que casi nunca vemos.
Este ratonero regresa al cielo. Ojalá las carreteras fueran menos letales para quienes no tienen asfalto en su mapa.
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