Verano en los muladares

Durante los meses de verano aumenta la tasa de mortalidad del ganado en régimen extensivo. Las aves necrófagas, como los buitres y cuervos, así como las rapaces que consumen carroña de manera oportunista, como pueden ser los milanos, son fundamentales para conservar la salud ambiental y humana. Estos eficientes «limpiadores naturales» juegan un rol crucial al consumir carroña y evitar la acumulación de cadáveres, previniendo así la propagación de enfermedades. Su labor no solo contribuye a la salud pública al reducir patógenos, sino que también mantienen la limpieza de los paisajes naturales.
Además de su función sanitaria, las aves necrófagas desempeñan un papel vital en el ciclo de nutrientes. Al consumir restos de animales muertos, liberan nutrientes esenciales como el nitrógeno y el fósforo de vuelta al medio ambiente, beneficiando la fertilidad del suelo y promoviendo la biodiversidad vegetal. Este proceso apoya directamente a las comunidades agrícolas al mejorar las condiciones para los cultivos y pastos.


Desde un punto de vista económico, la presencia de aves necrófagas reduce los costos asociados con la eliminación y gestión de cadáveres animales, fomentando prácticas agrícolas y ganaderas más sostenibles. Por lo tanto, su protección y conservación son esenciales para mantener el equilibrio ecológico y promover un entorno saludable y sostenible para todas las formas de vida en nuestro planeta.


Por estos motivos, entre otros, nos gusta ensalzar la importante herramienta que suponen los muladares para hacer conservación, ya que no sólo suponen un beneficio para las aves, sino también para los humanos.