Las electrocuciones de aves son una de las amenazas más serias para muchas especies, especialmente las rapaces.

Aunque raramente se muestran al gran público, los escenarios que dejan atrás son tan impactantes como reveladores de un problema estructural: el conflicto entre infraestructuras humanas y biodiversidad.

Las imágenes de hoy muestran una escena especialmente trágica y poco común: un ejemplar de águila culebrera (Circaetus gallicus) ha muerto electrocutada tras cazar una serpiente y posarse sobre una torreta eléctrica.

La descarga mortal se habría producido al establecerse un arco eléctrico entre el ave y la presa, actuando esta última como conductor entre dos fases de tensión o entre un conductor y una parte metálica de la estructura.

Son muchas las rapaces que mueren electrocutadas cada año en torretas eléctricas, especialmente aquellas de gran tamaño, cuyas alas pueden tocar simultáneamente cables con diferente potencial eléctrico.

Esta problemática afecta gravemente a especies vulnerables y protegidas, dificultando su recuperación poblacional.