En este primer mes del año, las visitas a los muladares del suroeste de Badajoz han sido de lo más variopintas en cuanto a especies. A los clásicos de cada invierno, que son milanos reales, cuervos y buitres se suman también las cigüeñas blancas y un ejemplar juvenil de águila imperial. Los más pequeños -también muy habituales durante el invierno- como currucas, mosquiteros, petirrojos, lavanderas, abubillas y tarabillas, ya comienzan a verse inquietos buscando y acarreando materiales para construir sus nidos. Los muladares son una fuente inagotable de recursos para estas especies ya que además de encontrar alimento, son muchas las especies que aprovechan las visitas para recopilar lana y pelo, materiales comúnmente utilizados por diferentes especies de aves para la fabricación de los nidos.
Como cada año cuando comienzan a florecer las jaras, el número de milanos reales que visitan los muladares empieza a decrecer poco a poco con el regreso de estos ejemplares invernantes a sus zonas de cría en el centro y norte de Europa. Más pronto que tarde comenzarán a llegar los milanos negros junto con el resto de especies migradoras, anunciando que comienza el periodo de cría de gran parte de las especies de aves de nuestro país, y por tanto, uno de los periodos más intensos del año.



