Ayla, una historia de superación y recuperación de un Águila imperial

“Ayla” es el nombre de un ejemplar de águila imperial ibérica (Aquila adalberti) que ingresó en AMUS en julio de 2024 debido a una electrocución. La evolución y el desenlace de esta larga historia supera con creces cualquier expectativa, rebasa incluso los límites o los preceptos metodológicos con los que hasta ahora se había trabajado en los centros de recuperación de fauna.

La electrocución le provocó un daño grave en un ojo y una lesión neuromuscular en una de sus alas. Su pronóstico era muy malo, tenía muchas posibilidades de no poder volar ni ver, y por tanto, no volver nunca a volar en libertad.

Después de un largo proceso de recuperación y contra todo pronóstico, este año hemos comenzado rozando lo imposible, AMUS ha conseguido recuperar y liberar a Ayla. Volvemos a invertir la injusticia que supone la afrenta hacia la vida salvaje por parte del ser humano.

Este águila fue recogida herida en el sur de Extremadura tras sufrir una de las principales causas de muerte de origen no natural en muchas especies de aves, una descarga eléctrica.

El águila imperial es endémica de la Península Ibérica y es una de las grandes águilas que habitan esta zona. Hay que tener en cuenta que tan solo hace treinta años estuvo a punto de desaparecer de España y Portugal. Esta especie está asociada a un ecosistema también amenazado, el bosque y matorral mediterráneo y a una presa cada vez más escasa en muchas zonas, el conejo.

AMUS, vuelve como en otros casos clínicos complejos a arriesgarlo todo. Un ojo prácticamente perdido, sin apenas visión y una disfunción muscular que le impedían volar y levantar apenas un metro del suelo. Ante este escenario tan adverso, el equipo de AMUS decidió instaurar una estrategia basada en técnicas de cetrería que nos han permitido ejercitarla y enseñarla a cazar con un solo ojo.

Meses de trabajo intenso, muchas horas y herramientas nuevas basadas en una relación de máximo contacto establecida con el ave, haciendo salidas al campo con el fin de ejercitarla y que su vuelo fuese mejorando, recorriendo en cada salida distancias más largas y vuelos más estables.

La experiencia ha sido única en España, al menos con águilas de esta especie, y abre un camino de nuevas prácticas, enfocadas en recuperar ejemplares que necesitan muscularse en espacios abiertos y fuera de recintos cerrados, siendo guiados para enseñarles a cazar con sus nuevas condiciones físicas.

“Ayla” va provista de un emisor GPS cedido por ENEL Green Power, filial de renovables de ENDESA,que nos proveerá de toda la información sobre su vida y sus movimientos. Estaremos muy pendientes de ella. Fue liberada ayer día 20 en un lugar donde puede encontrar todo lo necesario para sobrevivir.

Ella representa la valentía, la inconformidad y la injusticia. También es el inicio de nuevas opciones, de avances en la rehabilitación para garantizar la reinserción de rapaces en la naturaleza.

Si este animal consigue sobrevivir y no morir por inanición o inadaptación, será un hito con determinación y referencia en la recuperación de fauna salvaje, no obstante estamos más que satisfechos de verla volar libre y fuerte el día de su liberación ya que el proceso de recuperación de sus lesiones físicas, ha sido todo un éxito.

Agradecimientos:

Dirección de Sostenibilidad de la Junta de Extremadura y ENEL Green Power, filial de renovables de ENDESA, por el apoyo para el emisor con el que será seguida este ejemplar.

Instante en el que le provee de un emisor GPS días antes de su liberación.
Detalle de la cabeza en el momento de su ingreso en AMUS.
Preparativos en una jornada de musculación en campo abierto.
La gestión de la visión con la caperuza juega un papel crucial en este procedimiento.