¡A volar!

Aunque las liberaciones son una parte muy emocionante del proyecto, no podemos evitar pensar en todas las amenazas que deberán enfrentar los milanos reales durante su primer año de vida.

Una vez liberados seguimos realizando aportes diarios de comida en puntos cercanos al lugar de liberación (simulando los aportes de comida que los parentales siguen realizando cuando los pollos abandonan el nido), que se irán reduciendo a medida que comiencen a dispersarse a explorar la Península.

Gracias a los emisores GPS podemos conocer su posición y recorrido diario, y de esta manera profundizar en el uso del espacio que hace esta especie. Además, en caso de mortalidad, el emisor será crucial para poder localizar el cadáver y poder así determinar la causa de mortalidad. Aquellos individuos que alcancen la madurez sexual regresarán a algún lugar próximo a la zona de liberación para emparejarse y criar, y gracias a los emisores, podremos conocer también la ubicación de sus nidos.

Ya son tres generaciones de milanos reales liberados sobrevolando las dehesas del suroeste de la Península Ibérica, y cada vez que tenemos la suerte de ver a alguno de estos ejemplares nos motiva aún más para continuar trabajando duro por garantizar el futuro de esta población.