En este 2024 han llegado a AMUS 30 ejemplares de diversas especies con signos compatibles a la electrocución, solo uno de estos ejemplares ha conseguido recuperarse y ser liberado.
Es difícil entender la magnitud de esta problemática debido a los pocos datos con los que contamos. La falta de un seguimiento exhaustivo por parte de los beneficiarios de los tendidos eléctricos, hace que los cadáveres de muchas aves nunca lleguen a ser registrados. En base a ello, el número de especímenes afectados debe de ser mucho mayor, formando solo una pequeña parte los animales que ingresan en los centros de recuperación.
En AMUS somos conscientes de que esta problemática afecta a especies muy amenazadas en la región como por ejemplo este ejemplar de Águila Perdicera (Aquila fasciata).
Hacía cuatro años que no ingresaba un Águila perdicera en AMUS dada su escasez, y esta que ha ingresado esta semana, un pollo de este año, lo ha hecho electrocutada.